Muchos batallamos por descubrir cuál es el verdadero arrepentimiento. A veces, de tanto esperar una especie de evento místico en que se abra el cielo y una luz celestial nos ilumine y nos transforme, perdemos el gozo de la salvación y centramos la vista en nosotros y nuestro pecado, sacándola de Cristo y su obra redentora.
Es cierto, debemos lamentarnos por nuestro pecado y hemos de tener consciencia de nuestra total indignidad e inmerecimiento de toda bendición de parte de Dios, pero a la vez se nos llama a tener fe en que Jesucristo puede liberar de pecado a todo aquel que clame en necesidad. Si Dios mismo nos ofrece su infinita gracia, gracia que por lo demás costó nada menos que la muerte de su amado Hijo, ¿Quiénes somos nosotros para no aceptarla?
Llamo a todo aquel que se siente esclavo del pecado, a todo el que vea sus muñecas cubiertas de pesados grilletes de hierro, a todo el que no puede avanzar porque su carga es demasiado pesada a DESCANSAR EN LA OBRA REDENTORA DE JESUCRISTO, renunciando a agradar a Dios en sus propios méritos y esfuerzos. El arrepentimiento verdadero mira a la justicia de Cristo, no a la justicia propia, que ante Dios no es más que trapos de inmundicia (Is. 64:6).
Fue Él quien dijo: "si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres" (Jn. 8:36).
No esperemos que el cielo se abra frente a nosotros para arrepentirnos, antes bien clamemos a Dios rogando por liberación, y aguardemos su salvación:
"todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo" Ro. 10:13"Y el que creyere en él, no será avergonzado" Ro. 9:33
Que el Señor nos haga abundar en conocimiento de su Hijo Jesucristo, y nos preserve de toda obra mala hasta su regreso en gloria y potestad.
Bendiciones
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Los dejo con un mensaje muy recomendable del Pastor Tim Conway, de Grace Community Church, San Antonio, Texas. Video subido por www.illbehonest.com, editado y subtitulado por quien escribe.
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