"Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente" Mt. 22:37.
"Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará. Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo? Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y en la del Padre, y de los santos ángeles" Lc. 9:23-26.
Lo menospreciamos cuando no lo ponemos en primer lugar; cuando nuestros esfuerzos se destinan a otra cosa que no sea adorarlo reverentemente; cuando pecamos, prefiriendo los placeres de este mundo antes que la comunión con Él y su gloria eterna; cuando vivimos como si no existiera; cuando no dependemos de Él en cada bocanada de aire que tomemos; cuando nuestro día comienza y no lo consagramos a Él; lo menospreciamos cuando falta la fe y tememos por lo que ocurra en el mañana; cuando nos avergüenza confesarlo delante de la gente; cuando no damos testimonio en nuestra vida de lo que decimos profesar; cuando nos distraemos en asuntos intrascendentes en vez de adorarlo; cuando minimizamos la importancia de la verdad bíblica y preferimos la "unidad", que no es más que hipocresía y falsedad; cuando decimos que las Escrituras no son suficientes; cuando creemos tener parte en nuestra salvación y descansamos en nuestros propios méritos para agradar a Dios; lo menospreciamos cuando dejamos de orar y leer la Biblia, creyendo que podemos vivir de esa forma; cuando murmuramos contra un hermano, aun sabiendo que es parte del mismísimo cuerpo de Cristo; cuando amamos solo de palabra y no de hecho; cuando deseamos realizar nuestros sueños en vez de someternos únicamente a su voluntad; cuando creemos en la autoestima antes que en la Cristoestima; cuando nos preocupamos del desarrollo del yo en vez de crecer en el conocimiento de Jesucristo; en fin, seguramente podría seguir hasta el infinito con situaciones en las que menospreciamos a Cristo.
Me declaro culpable de caer en muchos de estos casos, y no puedo más que lamentarme ante esto y rogar a Dios por misericordia. Si no fuera por su gracia, ¿Quién podría permanecer en pié?
Exhorto a todo aquel que esté leyendo estas líneas a arrepentirse por menospreciar a Cristo, y rogar a Dios por misericordia, para que su Espíritu Santo nos de la gracia a fin de dar al Señor la gloria que se merece, exaltando a Cristo como lo supremo en nuestras vidas. Para esto fuimos creados, y si rehuímos hacerlo, no sólo viviremos existencias carentes de todo sentido, sino que además sufriremos la muerte eterna, ya que la misma ira de Dios estará sobre nosotros (Jn. 3:36).
Con todo, no temamos tanto la ira eterna como el hecho en sí de no glorificar a Cristo como se merece. Antes que horrorizarnos ante el infierno (que por cierto es algo que sí debemos hacer), debe llenarnos de pavor el desagradar a Dios y perder la comunión con Él.
Que el Señor se apiade de nuestra debilidad y ponga en nosotros tanto el querer como el hacer (Fil. 2:13). Amén.
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Los dejo con un extracto de la predicación "Menospreciar a Cristo", de Charles Haddon Spurgeon. El audio completo lo pueden encontrar aquí.
Amen hermano, excelente nota...
ResponderEliminarDios nos ayude a no menospreciar a Cristo.
visiten mi blog jovenes... www.viveguate.blogspot.com. allí encontraran alimento espiritual para el corazon y el alma...
ResponderEliminaryo soy seguidor de este blog.....
muy buenos mensajes...
Salu2...
Dios les bendiga mucho.Les invito a visitar los blogs...http://cristoestaalaspuertas.blogspot.com/
ResponderEliminary...http://jesusylaprofecia.blogspot.com/
Sigan hacia adelante en Cristo.
Yo tambien me declaro culpable y ruego a Dios por su misericordia.
ResponderEliminarExcelente nota bro
salu2