En la actualidad se ha extendido la errónea creencia de que una persona que conoce bien las Escrituras es un fariseo, incluso algunos llegan a acusar: "si hubieras estado en Israel en los tiempos de Cristo, habrías gritado para que lo crucificaran".
Nos oponemos a esta lamentable malinterpretación, sin negar con ello la existencia de legalistas que imponen sobre el cuerpo de Cristo un peso que Dios no ha requerido y que ni ellos mismos pueden sobrellevar. Lo que atacamos aquí, en cambio, es la acusación de legalismo y fariseismo a quienes verdaderamente predican el evangelio de Jesucristo.
Entonces, ¿Reprendió Jesús a los fariseos por conocer bien las Escrituras? La Biblia nos indica todo lo contrario, es decir, Cristo elogió su afán de conocer la Palabra de Dios y se validó a sí mismo y a su ministerio en esta última:
"Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí" Jn. 5:39 (BLA)"Porque si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él" Jn. 5:46 (BLA)
Es más, Jesucristo reprendió a los fariseos por ignorar las Escrituras:
"Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de
Dios" Mt. 22:29
En estos pasajes podemos apreciar que Jesús lo que les reprendió fue precisamente que no creyeran en lo que dijo Moisés, o que ignoraran la Palabra de Dios. Su problema efectivamente era de conocimiento, pero no por abundancia sino por defecto.
Luego, podemos concluir que la creencia actual según la cual quien escudriña y estudia profundamente las Escrituras es un fariseo, está completamente fuera de lugar. Incluso podemos probar que una persona que no conoce la Biblia está más cerca de ser un fariseo. Para ello debemos entender qué fue lo que Jesús criticó de esta secta judaica: su hipocresía. Y ¿Por qué eran hipócritas? Porque creían poder agradar a Dios con su propia justicia, con el fruto de su propio esfuerzo, cuando en realidad lo único que lograban era un cumplimiento -en el mejor de los casos- meramente externo, mientras que lo que se requiere es un nuevo nacimiento (Jn. 3:3) que transforma el corazón del hombre, es decir, la esencia misma de su ser.
Aquí encontramos la actitud típica del fariseo, retratada por el mismo Jesús:
"Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano.
El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.
Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al
cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.
Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido"Lc. 18:10-14
El corazón de los fariseos seguía siendo totalmente corrupto e impío, mientras su apariencia era de piedad y religiosidad. Por ello Jesús los llamó "sepulcros blanqueados", es decir, por fuera limpios, mientras por dentro se encontraban podridos.
En relación con lo anterior, quien no conoce las Escrituras ni se interesa por ello, ¿Cómo puede conocer las profundidades de la gracia de Dios? ¿Qué sabrá acerca de la condición pecaminosa del hombre y su imposibilidad de agradar a Dios por sus propios méritos? ¿Cómo conocerá lo que es crecer en arrepentimiento y piedad? ¿A qué Dios seguirá, si no conoce sus enseñanzas? ¿Cómo sabrá lo que agrada a Dios y la forma en que debe adorarle?
Quien no conoce las Escrituras ni se interesa por ello, diciéndose cristiano está más cerca de ser un fariseo que pretende agradar a Dios en sus méritos, a su manera. Haciendo esto además sigue la línea de Caín, quien presentó la ofrenda que él estimó sublime, en vez de agradar a Dios como éste lo había ordenado (Gn. 4:3-5).
Aquél que pretenda caminar por la senda de la justicia propia lamentablemente no hallará la justicia que es por la fe en Cristo, que es la única que salva:
"¿Qué concluiremos? Pues que los gentiles, que no buscaban la justicia, la han alcanzado. Me refiero a la justicia que es por la fe. En cambio Israel, que iba en busca de una ley que le diera justicia, no ha alcanzado esa justicia. ¿Por qué no? Porque no la buscaron mediante la fe sino mediante las obras, como si fuera posible alcanzarla así. Por eso tropezaron con la «piedra de tropiezo», como está escrito:
«Miren que pongo en Sión una piedra de tropiezoy una roca que hace caer;
pero el que confíe en él no será defraudado.»" Ro. 9:30-33
Aquí se habla de que la justicia verdadera es por la fe. ¿Cómo nace la fe? Por oír la Palabra de Dios (Ro. 10:17). Es decir, la fe se sustenta y nace de las Escrituras, fuera de ellas no existe, no es más que un abortivo.
Tengamos en cuenta además que quien intente ser justo a su manera o en sus propios méritos, ¡terminará tropezando con Cristo! ¿Hay algo más terrible que tropezarse en el Hijo de Dios? Quien se encuentre en esta situación será destruído.
Si tú, considerándote cristiano, continúas en una actitud hostil hacia la Palabra, recurriendo a argumentos como "no hay que creer todo literal", "la Biblia es un libro hecho por hombres", y crees que puedes ganarte el cielo con tus obras, te exhorto tener en cuenta lo dicho por Pablo:
"y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe" Fil. 3:9
Por último, quien cree poder vivir en el Espíritu sin necesidad de la verdad de Dios presente en las Escrituras, adora a su manera a un Dios inventado por su mente, lo que es idolatría.
Que el Señor tenga misericordia de nosotros y guarde nuestro pie de tropezar y nuestros ojos de desviarse de Cristo.
Muy Bueno!!
ResponderEliminarWow! a la verdad que Dios si tiene hombres dotados para explicar su palabra y ayudar aquellos que esten faltos de entedimiento de su palabra, Santiago 1:5. Dios bendiga a sus santos. Gracias por esta tan bella explicacion de esta procion biblica.
ResponderEliminarMuy interesante bro.Solo un pequeño punto,en Mateo 22:29 Jesús no reprende a la secta de los fariseos,él reprendió a la secta de los seduceos.
ResponderEliminarBendiciones bro.
Jesús acusa de ser hipócritas a escribas y fariseos..!
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