Asumimos que el tema en cuestión es bastante complejo dada su extensión casi universal en las iglesias evangélicas de hoy, y su enraizada legitimación en las congregaciones. Con todo, no pretendemos un tratamiento exhaustivo del tema ya que el espacio y el lugar no son los adecuados. Lo que se pretende es trazar líneas generales sobre el tema e invitar al lector a indagar al respecto.
Primero se esbozará una -muy- breve y humilde definición de regeneración para luego, como lo han hecho otros antes que yo, tratar un tema muy similar de forma previa para una mejor comprensión. Al final se desarrollará el asunto de la regeneración por decisión propiamente tal.
1.- ¿Qué es la Regeneración?
La regeneración es la obra sobrenatural realizada por el Santo Espíritu de Dios en el corazón del hombre, que tiene como resultado la transformación total del ser, pasando de un estado de muerte en delitos y pecados a uno de vida en Cristo Jesús. Corresponde al "nuevo nacimiento" del que habla Jesucristo a Nicodemo en Juan capítulo 3. Veamos evidencia bíblica de lo anterior:
"Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios" Jn. 3:3."Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna" Tit. 3:4-7."Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra" Ez. 36:26-27.
Por supuesto, hay más testimonio bíblico al respecto, pero por respeto a su tiempo creo que basta con estos claros ejemplos.
Insistimos en que esta obra es realizada por el Espíritu Santo, es sobrenatural, soberana y tiene como efecto necesario la transformación del ser, una nueva vida en Cristo Jesús, al punto de que la Biblia caracteriza al ser regenerado como una "nueva criatura", es decir, una "nueva creación" (2 Co. 5:17).
2.- Regeneración bautismal
Lamentablemente, esta clara doctrina bíblica se fue degenerando de forma muy temprana en la iglesia, hasta quedar completamente opacada por algo que se transformó en un rito, a saber, el bautismo.
El bautismo es un símbolo de la regeneración que ha ocurrido en el corazón. El agua representa el sepulcro, la muerte, de tal manera que al sumergirse la persona y luego emerger, se simboliza la muerte a uno mismo y al mundo, y el nacimiento o resurrección a una vida nueva de santificación en el Espíritu. Pablo lo explica de esta forma:
"¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva" Ro. 6:3-4.
En el bautismo se da un testimonio público de la fe que se profesa, y se confiesa la disposición del corazón a vivir una nueva vida, no para satisfacer los deseos propios sino para una contínua adoración al Señor.
Jesucristo ordenó hacer discípulos a todas las naciones, y bautizarlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mt. 28:19), lo que fue fielmente cumplido por sus apóstoles, quienes bautizaban a los nuevos creyentes apenas éstos manifestaban su fe (Cfr. Hch. 8:12,38; 9:18; 10:47). El tiempo que mediaba entre la profesión de fe y el bautismo era tan inmediato, que fácilmente podemos encontrar en la Biblia que se menciona lo simbolizado a través del símbolo (por ej. Hch. 2:38), es decir, con la palabra "bautismo", se aludía realmente a la fe y el arrepentimiento internos que daban sentido al paso por el agua.
Lo anterior corresponde a una figura lingüística conocida como "metonimia" ("más allá del nombre"), que es definida por el diccionario de la Real Academia Española como "Tropo que consiste en designar algo con el nombre de otra cosa tomando el efecto por la causa o viceversa, el autor por sus obras, el signo por la cosa significada". Demos algunos ejemplos: cuando digo "me gusta la buena mesa" no significa que yo literalmente me coma una mesa, sino que estoy significando que me gusta la buena comida. Lo mismo ocurre cuando se usa el laurel como símbolo de la victoria, o las canas como símbolo de la vejez. Así, el bautismo, que es un símbolo de la salvación, se utilizaba muchas veces para referirse a esta última, entre otras cosas por la inmediatez que existía entre la conversión y el acto de sumergirse en el agua.
Esta situación llevó a un muy temprano error, y las congregaciones efectivamente comenzaron a confundir el símbolo con lo simbolizado, creyendo que el bautismo en sí causa la salvación. Pero veamos lo que nos dice Pedro, que en un principio parece avalar esta creencia, pero después explica que no es así:
"la cual simboliza el bautismo que ahora los salva también a ustedes. El bautismo no consiste en la limpieza del cuerpo, sino en el compromiso de tener una buena conciencia delante de Dios. Esta salvación es posible por la resurrección de Jesucristo" 1 P. 3:21 (NVI).
En un principio pareciera que sostiene que el bautismo (sumergirse en el agua) nos salva, pero a lo que apunta realmente es al compromiso que hay tras el acto mismo. Aquí tenemos un claro ejemplo de la metonimia antes explicada, es decir, referirse a lo simbolizado a través de su símbolo.
Esta creencia torcida llevó a otro error, que es el bautismo de infantes, creyendo que con eso se los libraría del infierno o del purgatorio (que en la Biblia nunca se menciona, eso es tema aparte). Pero ¿Cómo un infante va a mostrar "el compromiso de tener una buena conciencia delante de Dios" del que nos habla Pedro? El bautismo presupone fe en quien se bautiza, cuestión inexistente en niños que apenas saben hablar y que no tienen la madurez suficiente para entender.
En resumen, la creencia según la cual somos salvos por haber sido bautizados es producto de una confusión, sin embargo muchos hoy descansan en este rito para afirmar que son salvos y que irán al cielo mientras sus vidas reflejan un corazón no regenerado, y por tanto, perdido. Podemos escuchar fácilmente cómo en los funerales se asegura que una persona está en el cielo porque se bautizó, cuando en realidad una persona va al cielo por una obra realizada por Dios a través de su Espíritu en el corazón del hombre, basándose en los méritos de la cruz de Cristo.
Entonces, la "regeneración bautismal":
1.- Reduce la obra del Espíritu Santo a un mero paso por el agua,
2.- Radica la seguridad de la salvación en la realización del rito y no en la obra de Dios,
3.- Rompe con la doctrina bíblica de salvación por gracia a través de la fe y no por las obras (Ef. 2:8-10; Ro. 3:28, etc).
4.- Confunde el símbolo con lo simbolizado.
5.- Desconoce la soberanía de Dios en la salvación. Dios termina obedeciendo al hombre que decide pasar por el agua, o al ministro de culto que rocía al bebé o niño con agua, en vez de ser Él quien decide realizar la obra en el corazón del hombre, como ocurre en la Biblia.
6.- Hace depender la salvación de algo aparte de la obra de Cristo. Para ser salvo se necesita la cruz más mi bautismo.
7.- Hace depender la salvación de alguien aparte de Cristo (se necesita un ministro de culto, o en casos de suma urgencia, a otro bautizado).
Por último, cabe decir que la falsedad de esta doctrina es fácilmente demostrable: basta mirar al número de bautizados, ya sea de niños o siendo adultos. ¿Cuántos de ellos viven como lo haría alguien con un corazón regenerado? Jesús dijo que un árbol bueno dará buenos frutos (Mt. 7:17). Entonces, si la regeneración es producto del bautismo, ¿Por qué la mayoría de los bautizados no vive una vida de santidad y adoración diaria al Señor?
La regeneración bautismal es una absoluta deformación de la doctrina bíblica, y el problema mayor es que millones de personas son víctimas de este engaño.
3.- La Regeneración por Decisión
Una vez explicada la regeneración bautismal, será más rápido y fácil explicar la regeneración por decisión.
Los evangélicos en su gran mayoría ha criticado la regeneración bautismal sostenida por el mundo católico, pero no se dan cuenta de que en su teología han admitido una herejía de igual calibre: la regeneración por decisión. Veamos en qué consiste:
Todos los que hemos asistido a una iglesia evangélica hemos visto la extendida práctica conforme a la cual el Pastor desde el púlpito llama a "tomar una decisión por Cristo", invitando a "repetir una sencilla oración". Veamos un ejemplo de esta oración:
"Señor Jesucristo: Gracias porque me amas y entiendo que te necesito. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Señor y Salvador. Ocupa el trono de mi vida. Hazme la persona que Tú quieres que sea. Gracias por perdonar mis pecados. Gracias por haber entrado en mi vida y por escuchar mi oración según tu promesa" (tomada de este sitio).
Ejemplos de esta oración hay muchos, pero este grafica perfectamente lo que se pretende exponer. La forma puede variar, pero suele haber ciertos patrones generales.
Luego de que la persona ha repetido esta oración, se le asegura: "si fuiste sincero, bienvenido a la familia de Dios, eres salvo". A partir de ese momento se le comienza a llamar "hermano". Luego de unos breves minutos de consejería (en el mejor de los casos) se le deja ir. La inmensa mayoría de las personas que repitieron la oración nunca vuelve a la iglesia, y aún un alto porcentaje de los pocos que vuelven nunca experimentan una transformación en su vida, y siguen viviendo en pecado.
James Adams, en su libro "La regeneración decisoria", nos da un triste ejemplo de lo anterior:
"Un investigador cristiano encuestó en 2003 a una muestra de 'cristianos nacidos de nuevo' (definidos como aquellos que afirman tener una relación personal con Cristo y esperan llegar al cielo porque han aceptado a Jesús). The Wall Street Journal publicó los siguientes resultados:El 26% de las personas que se consideran nacidas de nuevo opinan que todas las religiones son esencialmente iguales, el 50% cree que una vida de buenas obras puede conducir a una persona al Cielo, el 45% no cree en la existencia de Satanás, solo el 35% cree que Jesús resucitara (sic) físicamente de entre los muertos (a pesar de Romanos 10:9), el 52% no cree que el Espíritu Santo sea una entidad viva, el 33% acepta los matrimonios del mismo sexo, y el 39% considera moralmente aceptable que las parejas convivan juntas antes del matrimonio" (James Adams, La regeneración decisoria, Capítulo 3, Ed. Peregrino, 1° edición, 2005, USA, p. 34).
Esto no es más que el reflejo de un terrible error que está produciendo tantos o más falsos convertidos que en el mundo católico con los bautismos. Ante esto se dice "son salvos, pero les falta discipulado", o "son salvos, pero deben congregarse". ¿Por qué se insiste tanto en que son salvos? Porque hicieron la oración. En eso descansa su confianza. Tal como en el caso del bautismo, la salvación se reduce a la celebración de un rito, que en este caso es repetir la oración.
El problema es que para mantenerlos en la iglesia se debe recurrir a métodos mundanos para captar su atención y así impedir que dejen las bancas vacías. Es así como surge la exagerada importancia que se atribuye a la música y al entretenimiento en las congregaciones actuales, las obras de teatro, los café concert, las olimpiadas, y un sinfín de artilugios de humana sabiduría para "atraer" a la gente. Y así se va desaguando la doctrina hasta terminar en lo que hoy escuchamos desde el púlpito, un evangelio diluído y sin poder.
De esta forma, tal como en la regeneración bautismal, podemos encontrar los puntos críticos de la regeneración por decisión:
1.- Omite referencia a la obra regeneradora y sobrenatural del Espíritu Santo, reduciendo la salvación a "repetir la oración con sinceridad". La salvación se vuelve un rito, la mera repetición de una forma.
2.- La seguridad de la salvación no está en la obra santificadora del Espíritu, sino en la sinceridad con que se hizo la oración.
3.- Da la falsa idea de que el arrepentimiento es algo que se hace una vez en la vida, y para justificar la salvación mira hacia el pasado, al momento en que se hizo la oración, en vez de mirar al presente, al crecimiento en santidad a través de la obra del Espíritu. Algunos incluso recuerdan celosamente la fecha y la hora en que repitieron la oración y "fueron salvos".
4.- Centra la salvación en el hombre y su voluntad (su "decisión"), en vez de centrarse en Dios y su obra soberana en el corazón del hombre.
5.- Se basa en la malinterpretación de versículos bíblicos. El versículo más comúnmente malinterpretado es Ap. 3:20 "Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo". Lo cierto es que este versículo en su contexto no está dirigido a incrédulos, sino a la iglesia, por lo que su utilización en evangelismo es abiertamente incorrecta.
6.- Muestra a un Cristo mendigo y humillado que anda golpeando de puerta en puerta antes que a un Cristo sentado en su trono, glorificado esperando a que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies (He. 10:13).
7.-Tiene como consecuencia el surgimiento de un evangelio diluído y humanista, para mantener a los falsos convertidos fijos en las bancas de la iglesia.
8.- Promueve la introducción de la psicología a la doctrina, convirtiéndose en una fuente de conocimientos y recursos para "motivar" decisiones por Cristo.
9.- Cambia el mandato bíblico de arrepentirse y creer en el evangelio por una simple invitación a "recibir a Cristo".
10.- No tiene raíz en el cristianismo histórico. Antes del s. XX nunca se evangelizó de esta forma; es decir, la iglesia primitiva y los reformadores no conocieron esta oración.
Así podríamos seguir y seguir enumerando la desgracia de esta herejía destructora que tanto daño ya ha causado en el mundo cristiano, y que si no se detiene puede seguir demostrando su poderío corrosivo. Es importante que nos demos cuenta de que esta doctrina es tan errónea como la regeneración bautismal, y que en la práctica tiene los mismos efectos.
Tan extendida está que hoy muchos consideran que la iglesia que no realiza este rito no evangeliza, o que una prédica no está completa si al final no se hace un llamado a "recibir a Cristo".
Corresponderá a cada lector seguir indagando y profundizando sobre este tema, por mi parte ruego a Dios que nos conceda discernimiento y nos libre del falso evangelio que conduce a la destrucción.
¡MIRAD QUE NADIE OS ENGAÑE!
PS: si persistes con dudas sobre esta doctrina o sobre la regeneración bautismal, te invito a comentar este artículo o escribir un correo a doctrina.biblica@gmail.com
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Los dejo con una serie de videos relacionada con el tema, elaborada por el hermano Mariano Godoy (cristosoberano en youtube) para este blog. Agradecemos su tiempo y dedicación.
Parte I
Parte II
Parte III
Parte IV
Qué gran verdad hermanos! Esto explica la mediocridad espiritual que hay en las iglesias, la falta de compromiso, lo parecidos que estamos al mundo.
ResponderEliminarOjalá cada uno de nosotros pueda repetir este mensaje en nuestras iglesias, es realmente URGENTE.
Dios bendiga este espacio maravilloso que abre nuestros ojos.
Ruth
alguien puede contactarme este es micorreo zayasariel@hotmail.com
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