lunes, 21 de septiembre de 2009

Whitefield: Un ejemplo de verdadera piedad


"Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar" 1 Tim. 5:17

En tiempos en que la mayoría de los pastores (sinónimo de "anciano" y de "obispo") piensan en acortar al máximo sus sermones, ya sea para no aburrir a quienes llenan sus bancas, o derechamente porque no conocen bien las Escrituras; el ejemplo de Whitefield alumbra como un destello en las tinieblas.

George Whitefield fue un ministro de la Iglesia de Inglaterra, siendo una figura prominente del movimiento metodista (denominado así por su forma de estudiar las Escrituras). Participó en el primer gran avivamiento de las colonias británicas en América, destacando como evangelista en las clases populares.

Lo que pretendo destacar aquí no son sus virtudes como persona ni las cualidades de su carácter, sino la forma en que fue utilizado por la gracia de Dios (quien recibe toda la honra). Esta gracia inconmesurable lo llevó a desgastarse al máximo por la expansión del Evangelio, hasta literalmente morir exhausto de predicar. Ese sí que es un ejemplo de negarse a uno mismo y tomar su cruz día a día para seguir a Cristo.

Un caso similar lo encontramos en Hch. 20:7-12, donde se nos relata que Pablo predicó desde antes de la medianoche hasta el alba, debiendo zarpar al día siguiente. ¿Acaso Pablo ignoraba lo que enseñan en los seminarios actualmente, sobre que la predicación no debe durar más de 20 minutos para mantener la atención cautiva de los auditores? Todo indica que en nuestros días habrían tomado aparte al Apóstol, para enseñarle que las predicaciones deben ser más cortas y atractivas.

¡Dios nos libre de este evangelio superficial y lleno de marketing!

Ruego a Dios que la misma actitud presente en el Apóstol Pablo y en George Whitefield esté en aquellos predicadores que hoy en día tienen más de publicistas que de evangelistas.

Luego de esta introducción, los dejo con el relato. Que Dios nos dé la gracia para servirlo como a Él le agrada. Amén.


1 comentario:

  1. Lamentablemente muchos pastores desean publicidad y gloria. Tristemente traen a la iglesia espectáculos para llenar la sala.Tenemos que velar y orar, para estar apercibido, pues muchos son engañados por Satanás. Mirando siempre a Cristo, no nos desviaremos de la verdad.
    Dios le bendiga.

    Hna. Lourdes
    de Carolina, PR

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