jueves, 30 de julio de 2009

¡Corre Conmigo!


¡Huyamos de las congregaciones que están deformando y prostituyendo el Santo Evangelio de Dios!
No importa cuán cómodos nos sintamos, o la tranquilidad que nos brinde si están proclamando mentiras. Como dice el Apóstol Pablo:

"Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos" Ro. 16:17

Los dejo con un excelente video, que sea de edificación en el Espíritu.

Dios los bendiga.

domingo, 19 de julio de 2009

¡CUIDADO con el falso arrepentimiento!


Es un hecho que el arrepentimiento es ordenado en la Biblia:

"El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio." Mr. 1:15

"Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente" Lc. 13:3

"Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos" Hch. 17:30-31.

Teológicamente, el arrepentimiento antes que ser una condición para salvación, es realmente una manifestación de ella, ya que evidencia la obra regeneradora del Espíritu Santo en nuestro corazón, al igual que la fe (Fil. 1:29). Esto se demuestra en que el arrepentimiento es concedido por Dios:

"Entonces, oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: !De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!" Hch. 11:18.

"que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad" 2 Tim. 2:25

Entonces, cuando el arrepentimiento se produce es una manifestación de lo que describe el profeta Ezequiel:

"Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra." Ez. 36:26-27

El arrepentimiento es evidencia de que el Señor ha transformado nuestro corazón de uno que era enemigo de sus preceptos (Col. 1:21) a uno sensible a la Palabra de su Señor ("de carne"). Nótese la soberanía de Dios en todo esto, siendo sólo Él quien tiene el control completo de la situación.

Por todo lo anterior, es necesario que nos examinemos (2 Co. 13:5), e inquiramos si tenemos ese arrepentimiento para vida. Hay pocas situaciones más desastrozas que la de aquella persona que cree haber alcanzado salvación, que cree haberse arrepentido genuinamente cuando en realidad no conoce el arrepentimiento verdadero.

¿Nos hemos apartado del pecado por amor a Cristo? ¿Hay un cambio en nuestra vida? ¿Somos realmente nuevas criaturas? ¿Es nuestro arrepentimiento genuino, o se trata de una mera ilusión? ¿Estamos creciendo en arrepentimiento y santidad?

Roguemos a Dios por misericordia y gracia, y porque podamos crecer en arrepentimiento y en conocimiento de su Hijo Jesucristo.

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Los dejo con una predicación de Charles Spurgeon sobre falsos arrepentimientos. El audio está tomado de esta página. LES RUEGO QUE LA ESCUCHEN, es fundamental que tengamos claras estas verdades.

viernes, 17 de julio de 2009

Amor por Cristo



"Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos [...]
¿Quién es el que me ama? El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y al que me ama, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré y me manifestaré a él [...]
El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra vivienda en él. El que no me ama, no obedece mis palabras". Jn. 14: 15,21,23.

¿Amamos realmente a Cristo? ¿Es nuestra vida un reflejo de nuestro amor por Él, o sólo es la demostración de que nuestra confesión de fe es hipócrita? ¿Somos una nueva creación, o seguimos viviendo de la misma forma que antes?

Que el Señor tenga misericordia de nosotros y nos revele a su Hijo, por amor de su Nombre. Que nos conceda amarlo con todas nuestras fuerzas, hasta dar la vida si es necesario. Amén.



viernes, 10 de julio de 2009

Se trata del corazón

Frecuentemente se piensa que el cristianismo se trata simplemente de "ser bueno", o de
"portarse bien". Sin embargo, va mucho más allá de eso. Se trata de una transformación constante de nuestro corazón, el centro mismo de nuestro ser, llevado a cabo por el Espíritu Santo de Dios, el mismo que levantó a Jesucristo de entre los muertos (Ef. 1:20). Esta transformación está acompañada
por el arrepentimiento de nuestros pecados y la fe en el Santo Evangelio del Señor.

En esta entrada la intención es hacer énfasis en que esa transformación no puede ser sólo externa, sino que debe tratarse de un cambio en nuestro corazón. Si sólo se da un cambio externo, una mera observancia legalista de la Palabra, estamos en el mismo nivel que los escribas y fariseos. Sin embargo, Jesucristo dijo: "Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos" (Mt. 5:20). Es decir, si no hay un cambio interno, un "nuevo nacimiento" (Jn. 3:3), una "regeneración" (Tit. 3:5), en otras palabras, si no somos realmente una "nueva creación" (II Co. 5:17) no entraremos en el Reino de los Cielos.

El que piense que basta con cumplir externa y materialmente los mandamientos para ser salvo o santo, no ha entendido las palabras del Maestro. El sermón del monte nos demuestra que pecados como el homicidio, el adulterio y la fornicación pueden cometerse con el pensamiento (Mt. 5:21-30). Es decir, ante Dios puedo ser culpable de homicidio aunque de hecho nunca haya matado a nadie, o puedo ser un fornicario aunque físicamente sea virgen.

Dado lo anterior, es urgente que nos examinemos y nos probemos si estamos en la fe (II Co. 13:5). Si no tenemos la seguridad de que el Señor nos ha salvado, debemos clamar en oración hasta que Él nos responda. Esto por la advertencia que nos hace I Co. 6:9-10:

"¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios".


Nos hemos acostumbrado a la cultura de lo instantáneo y lo automático, donde la paciencia no tiene lugar. No sabemos lo que es clamar por horas, madrugar orando, derramar nuestra alma ante el Señor. Lo más probable es que con oraciones de 5 minutos no logremos la edificación y el crecimiento espiritual que debemos experimentar. Lo mismo ocurrirá si destinamos el último momento del día cuando ya estamos agotados y el sueño nos vence.

Es necesario aclarar, eso sí, que en ningún caso se está promoviendo aquí la salvación por obras. No podemos ganarnos nuestra propia salvación, eso sería negar el sacrificio de Jesucristo (Gá. 2:21). De hecho, si confiamos en nuestros propios esfuerzos para limpiar nuestro corazón y vivir una vida santa, sólo conseguiremos una existencia de sufrimiento y desesperación, aparte de seguir siendo pecadores sin salvación. La única forma de que nuestro corazón sea limpio es confiando solamente en la obra del Espíritu Santo, a través de la oración, la lectura de la Palabra y la comunión con los santos. Repito: se trata de clamar, si es preciso reclamar (en una forma bíblica, como lo hace el salmista, por ejemplo) debemos hacerlo. Recomiendo mucho la lectura del libro de Salmos, ya que contiene ejemplos bíblicos de oración y adoración, y nos enseña sobre la limpieza de corazón y el temor de Dios.

Es el estado de nuestro corazón lo que determinará si somos cristianos genuinos o meros sepulcros blanqueados. Es lo que hacemos en la intimidad, cuando nadie nos ve, es lo que vemos en el espejo cuando estamos solos, es lo que ocupa nuestra mente y nuestros pensamientos más recónditos lo que finalmente nos dirá en qué estado nos encontramos.

Expondré algunos textos bíblicos que nos hablan sobre la limpieza del corazón, y veremos cuán importante es:

"Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios" Mt. 5:8.

"¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo?
El limpio de manos y puro de corazón;" Sal. 24:3-4a.

"Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida". Pr. 4:23.

"Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma: [...] El corazón que maquina pensamientos inicuos" Pr. 6:16, 18a.

"Abominación son a Jehová los perversos de corazón; Mas los perfectos de camino le son agradables." Pr. 14:20.

"Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor" He. 12:14

En resumen:
1.- El cristianismo no sólo consiste en una conducta externa, sino principalmente en un cambio interno, del corazón.
2.- Ese cambio -INSISTO- sólo puede llevarlo a cabo el Espíritu Santo, y nunca nuestros propios esfuerzos.
3.- Si ese cambio no se ha producido en nuestra vida, debemos orar hasta que el Señor nos responda. Tengamos en cuenta aquí lo siguiente:

"Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá" Lc. 11:9-10.

"Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado" Ro. 10:11.


¡Así es! Quizás ud. dirá: "es fácil decirlo, yo he orado muchas veces pero no recibo respuesta". Déjeme decirle que entonces no ha clamado suficiente, y le insto a seguir todo el tiempo que sea necesario, y verá que el Señor responderá. De hecho, en este momento me estoy predicando a mi mismo. En estos días me encuentro en ese hermoso período de espera en el Señor, simplemente confío en que el es fiel a su promesa, y es por eso que el terminará la obra que comenzó en mí (Fil. 1:6), y me guardará por su poder a través de la fe para alcanzar salvación (I P. 1:5). Mi confianza por primera vez no está en mis esfuerzos, sino en Él. ¡Bendito Sea! En este momento estoy esperando su salvación en silencio (Lm. 3:26), sabiendo que en ningún modo seré avergonzado porque he creído en su nombre.

Como dice el salmista, "Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí." (Sal. 51:10). Confío en su fidelidad, Él no quebrantará su promesa. Amén.

Que el Señor nos de paciencia y perseverancia para aguardar su salvación en silencio, sabiendo que Él no quebrantará su Palabra. Amén.

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Los dejo con un extracto de una EXCELENTE predicación del Pastor Henry Tolopilo, del ministerio "Gracia a Vosotros". Visite www.gracia.org.


jueves, 2 de julio de 2009

El Pecado Sexual

El tema en cuestión es bastante complejo, dada su inmensa ocurrencia aun entre cristianos. Lamentablemente no se podrá hacer un tratamiento exhaustivo del asunto, pero sí se pueden trazar líneas generales de acuerdo a las Escrituras. Dejemos que la Biblia hable por sí misma:

"Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios." Ef. 5:3-5.


"Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis [...]

Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios" Gá. 5:16-17, 19-21.


"¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios" 1 Co. 6:9-10.


"Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?" 1 Co. 6:18-19.


"Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación" 1 Tes. 4:3.


¿Pero basta con apartarse externamente de estos pecados para ser libre de ellos? ¿Qué pasa si una persona no tiene relaciones con otra, pero sí piensa en ello? Dejemos que Jesús responda:


"Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno" Mt. 5:27-30.


¿Por qué no habría de ocurrir lo mismo con la fornicación? Es obvio que si una persona ve pornografía, o fantasea con otras personas en su mente, ya ha cometido fornicación según el principio que podemos extraer de este pasaje.

Si estos pecados están presentes en nuestra vida, es urgente que los extirpemos, orando al Señor Todopoderoso que nos libre de cometerlos. Esto porque como ya hemos visto, los que practican estas cosas no tendrán herencia en el Reino de los Cielos. ¿No es suficiente esta sola razón para hacernos temblar y apartarnos de esta inmundicia para siempre?

El Señor será fiel para librar a quienes se lo pidan:


"Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho" 1 Jn. 5:14-15.


Hemos visto que la voluntad de Dios es nuestra santificación, que nos apartemos de fornicación (1 Tes. 4:3). Entonces, podemos tener absoluta certeza de que si pedimos que nos libre de este pecado, Él lo hará. Es urgente que si alguno está preso en las garras del pecado sexual, clame al Señor para ser liberado. ES UN ASUNTO DE VIDA O MUERTE.


"Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca.

Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová" Lm. 3:25-26.


"Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí." Sal. 51:10.


Sé paciente en esperar la salvación del Señor, busca y llama hasta que te responda, Él es fiel en cumplir su Palabra. Bendito sea por los siglos de los siglos. Amén.


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Los dejo con unos videos elaborados por el hermano Mariano Godoy para este blog, en base a una predicación del Pastor Henry Tolopilo. Espero en Dios que sea de bendición.

PARTE I




PARTE II