lunes, 30 de agosto de 2010

Enfrentando la Tentación


Ciertamente el cristiano enfrenta diversas luchas, siendo una de las más difíciles aquella que se libra contra las tentaciones. Me atrevo a asegurar que todo cristiano batalla contra ellas de forma cotidiana, y que incluso, si no encuentra lucha alguna en su vida debiera preguntarse si está en la fe de Cristo.


Pero ¿Por qué nos enfrentamos a esta guerra con nuestra carne, de tal manera que nuestra voluntad no pocas veces llega a verse doblegada?


La respuesta clama en las Escrituras: es porque nuestra carne se inclina hacia el pecado. En efecto, encontramos diversos pasajes que ilustran esta verdad:


“dijo Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud” Gn. 8:21


“Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” Jer. 17:9


“Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre” Mr. 7:21-23.


“Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios” Ro. 8:7-8.


Incluso, Santiago clarifica aún más el proceso de la tentación, al decir que “cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte” (Stg. 1:14-15). Es decir, todo el material necesario para llevarnos a incurrir en pecado está en nuestro interior, faltando sólo un detonante que libere el potencial maligno de nuestro ser.


Es por esto que todo cristiano enfrenta diariamente una lucha contra su propia naturaleza, en tanto va siendo transformado por el poder del Espíritu Santo.


Pero… ¿Significa esto que estamos condenados a caer en pecado? De ninguna manera. Dice también la Biblia:


"No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar" 1 Co. 10:13.


“el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” Fil. 1:6.


“Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman” Stg. 1:12.


“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros” Stg. 4:7.


Estos hermosos pasajes nos dan a entender que un cristiano no sólo puede, sino que también debe superar la tentación. Dicha prueba, como dice una de las citas, no será superior a lo que podemos soportar, por lo que siempre habrá un instante de decisión en el que podemos huir.


Es necesario tener claro, de todas formas, que esta lucha nunca debe hacerse en las propias fuerzas, ya que eso sería como ir al choque contra una locomotora a toda velocidad. Es preciso “esforzarse en la gracia” (2 Ti. 2:1) que es en Cristo Jesús, sabiendo lo que el maestro dijo: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer” (Jn. 15:5).


Por otra parte, es preciso saber que somos débiles y nuestra carne está presta a caer, por lo que nunca hay que explorar nuestros límites ni sentir que podemos resistir. Tomemos el ejemplo de Lot, cuya vida espiritual decayó no cuando vivía en Sodoma, sino cuando “fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma” (Gn. 13:12). El camino hacia la caída comienza con un paso en falso.


Ya lo dijo también Cristo: “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil” Mt. 26:41.


Así también es menester tener en cuenta que, como dijo el Apóstol Pablo, “no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes” (Ef. 6:12-13).


Velar y orar es entonces la clave, tomando las palabras del mismo Cristo. Y recordemos esto, que “no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (He. 4:15).


Bendito sea el Señor nuestro Dios, que Él desarrolle la santidad en nosotros. Amén.


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Dejo aquí un video ad-hoc, del Pastor Joshua Harris, sobre cómo enfrentar la tentación. Bendiciones.





martes, 22 de junio de 2010

Cristianos de Hoy: ¿Demasiado Suaves?


Vivimos en tiempos en los que la confrontación no es bien vista, incluso si se trata de la refutación del error. Al parecer se valora el acuerdo sólo por ser tal, no importando si con ello se compromete la verdad.

Por ello, cuando se expone el error de un falso maestro, suelen surgir voces con proclamas tales como "no juzgues", "en vez de criticar, predica el evangelio", o "mientras discutimos el mundo se muere sin Cristo allá afuera".

Es cierto, es absolutamente necesario predicar el Evangelio a quienes aún no creen en Jesucristo, pero, ¿Acaso eso impide denunciar el error? Ambas actividades no tienen por qué ser excluyentes; muy por el contrario, han de ser complementarias. De hecho, así lo hicieron los Apóstoles, e incluso el mismo Cristo, como veremos más adelante.

Por otra parte, muchos creen que denunciar el error es algo que Jesús prohibió bajo el mandamiento de no juzgar. Sin embargo, una y otra cosa son totalmente distintas:

a) "No juzgar" se refiere a un juicio moral, donde quien juzga se considera cumplidor de la ley de Dios, concibiendo al ser juzgado como alguien inferior espiritualmente. Un ejemplo claro lo encontramos en este fariseo:

"El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano" (Mt. 18:11-12).

Aquí vemos que se trata de una actitud de altanería espiritual, donde no hay reconocimiento del pecado propio; muy por el contrario, se cree en la justicia propia, basada en las obras. Además, se apunta a otros con el dedo, señalándolos como pecadores, como si quien señala no lo fuera.

Esto se contrapone a la fe bíblica, en la que el hombre es humilde ya que se reconoce pecador, y sabe que sólo la gracia de Dios ha podido salvarlo.

b) Por otra parte, el juicio doctrinal consiste en denunciar el error, estando conscientes de que la fe viene por el oír la Palabra de Dios (Ro. 10:17), y que por tanto es de suma importancia la fidelidad del mensaje que se predica. Este juicio no sólo es permitido en las Escrituras, sino que también es ordenado como mandamiento. Aquí encontramos diversos ejemplos bíblicos de juicio doctrinal:

"Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces" Mt. 7:15 (¿Cómo me guardo de ellos, si no puedo distinguir cuál es la verdad del error?)

"[hablando de los obispos] retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen. Porque hay aún muchos contumaces, habladores de vanidades y engañadores, mayormente los de la circuncisión, a los cuales es preciso tapar la boca; que trastornan casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta lo que no conviene" Tit. 1:9-11


"Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.

Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo" Jud. 3,4.


"Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina.

Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado,

y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme" 2 P. 2:1-3 (leer todo el capítulo)


"Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos" Ro. 16:17


En estas citas se reconoce la existencia de falsos maestros, y se insta a denunciarlos, lo que implica un juicio, es decir, una distinción entre lo correcto y lo incorrecto. ¿Te parece esto demasiado severo? Leamos a los Apóstoles:


"Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo" Fil. 3:2


"Pero éstos, hablando mal de cosas que no entienden, como animales irracionales, nacidos para presa y destrucción, perecerán en su propia perdición, recibiendo el galardón de su injusticia, ya que tienen por delicia el gozar de deleites cada día. Estos son inmundicias y manchas, quienes aun mientras comen con vosotros, se recrean en sus errores. Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de maldición. Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad, y fue reprendido por su iniquidad; pues una muda bestia de carga, hablando con voz de hombre, refrenó la locura del profeta. Estos son fuentes sin agua, y nubes empujadas por la tormenta; para los cuales la más densa oscuridad está reservada para siempre. Pues hablando palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones a los que verdaderamente habían huido de los que viven en error. Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción. Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció [...]" 2 P. 2:12-19.


"Pero éstos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales. ¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré.

Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados; fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas.

[...] Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho" Jud. 10-13, 16.


Por otra parte, muchos pretenden aplicar a la situación de los falsos maestros el siguiente pasaje:

"Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano" Mt. 18:15-17

Sin embargo, como el mismo pasaje señala, su aplicación es cuando un hermano "peca contra ti". Primero que todo, debe tratarse de un hermano, es decir, alguien que forme parte del cuerpo de Cristo, cuestión que no ocurre con los falsos maestros. De otro lado, el pasaje señala que ha de tratarse de un pecado "contra ti", lo que no ocurre cuando se predica un falso evangelio, ya que en ese caso es un atentado contra la verdad de Dios, y por tanto contra Dios mismo. En este caso, como señala el texto ya citado de Ro. 16:17, es necesario fijarse en quiénes están causando divisiones en doctrina y apartarse de ellos, denunciándolos para que otros hermanos sean librados del error también.

En fin, la Biblia admite la confrontación del error, y no sólo eso, sino que también la impone como mandato. Por ello, no nos creamos más piadosos que Jesús y sus Apóstoles, y sigamos su ejemplo. Es la verdad del Evangelio la que está en juego, lo que también tiene efectos en la salvación de los que aún no creen.

Que Dios nos de sabiduría y discernimiento, así como también gracia y mansedumbre. Amén.

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Incluyo aquí un comentario hecho por el hermano Emanuel Elizondo, que me parece esclarecedor y con el que estoy en absoluto acuerdo. Dice este hermano respecto de lo escrito arriba:

Es verdad que como cristianos no debemos de juzgar con una actitud de "soy más santo que tú". Mi única duda, y leve desacuerdo si se me permite, es que creo que cuando Cristo manda no juzgar, el mandato es más bien a no juzgar injustamente, ya que el cristiano en ciertas situaciones debe de hacer juicios de carácter moral.

1 Cor. 6, por ejemplo, las disputas no son doctrinales, sino de fraude (vv.7-8), lo cual es un pecado moral (Lev. 19:36; Prov. 16:11), y sin embargo Pablo dice, "¿Pues qué, no hay entre vosotros sabio, ni aun uno, que pueda juzgar entre sus hermanos...?"

Otro ejemplo es el de los ancianos y diáconos de la iglesia, los cuales deben de cumplir ciertos requisitos morales (1 Tim. 3), pero si los cristianos no pueden hacer juicios de carácter moral, ¿quién decidirá quiénes son aptos para el pastorado?

Gracias a nuestro hermano, que Dios lo bendiga.
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Los dejo con un video atingente al asunto. Gracias a LUMEL por subir el video original.


jueves, 6 de mayo de 2010

Deja ir tu pecado o perece

"Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios" He. 12:1-2.

"Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios" 2 Co. 7:1

Que Dios tenga misericordia de nosotros, y nos llene de su gracia para vivir la vida en Cristo.


martes, 6 de abril de 2010

¿Se originó la vida realmente por mero azar?


El documental que inserto a continuación expone de manera clara y sistemática argumentos contundentes en favor de una visión creacionista del mundo (opuesta a la "evolucionista", cuyo precursor y adalid es Charles Darwin).

En él vemos claramente la mano del Creador en estructuras cuya complejidad recién se está conociendo: las células y bacterias. Por mucho tiempo se pensó que eran estructuras más bien simples, pero los descubrimientos de las últimas décadas no han hecho más que derrocar esta falsa impresión.

Lo que interesa destacar es que los "científicos" no son máquinas desprovistas de ideologías, prejuicios y cosmovisión, sino todo lo contrario: son seres humanos imbuídos del espíritu de su época, que creen en ciertos paradigmas que determinan su forma de acercarse a los fenómenos naturales y las conclusiones que extraen de la observación de los mismos. Así, la inmensa mayoría de estos seres de cotona blanca adscribe a una ideología según el cual sólo pueden encontrarse causas naturales a los fenómenos que se presentan en el medio. En otras palabras, no pueden atribuir lo existente a un "diseñador" o "creador".

No nos engañemos, este espíritu es el que ha alejado al hombre del verdadero conocimiento, aquél que va de la mano con la revelación que su Creador le ha entregado.

Bendiciones, y que sea de edificación.




domingo, 7 de marzo de 2010

¿Qué camino lleva al Cielo?


La pregunta esbozada tiene sólo una respuesta: Jesucristo. El Justo y Santo Hijo de Dios que vino al mundo a pagar por el pecado de la humanidad es el único mediador entre Dios y los hombres (1 Ti. 2:5). NO HAY MÁS. Él dijo de sí mismo:

"Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí" Jn. 14:6


Quien quiera usar otro camino, o un atajo se encontrará al final de esa vía con un sólo destino: La ira eterna de Dios, más conocida como Infierno. Absolutamente todos los caminos -salvo Jesucristo- terminan en el mismo sitio.

Sólo podemos entrar al Cielo a través del Dios encarnado, quien siendo perfecto y sin mancha sufrió la ira eterna del Padre por quienes han de creer en su nombre. Siendo criaturas caídas, transgresoras y rebeldes ante Dios, nuestra ÚNICA salida es ese precio que fue pagado. NADA MÁS puede redimirnos. Por eso, con razón dice el Apóstol Pedro:

"Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos" Hch. 4:12

Quien no acepte este nombre, deberá pagar el precio por sí mismo, ETERNAMENTE. Por eso la urgencia de predicar a Cristo, ese Cristo que venció a la muerte y regala su victoria sólo por gracia a quienes se arrepienten y creen en su nombre.

¡Aún es tiempo, "Buscad al SEÑOR mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cerca" (Is. 55:6)!

¡Sola, exclusiva y únicamente JESÚS es el camino al Padre, no te vayas por otra vía!

El Señor tenga misericordia. Amén.

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Extracto de prédica "The way to Heaven", del Pastor John MacArthur, subido por katiekatew, subtutilado por quien escribe.


viernes, 29 de enero de 2010

Hallazgo de Iglesia Antigua: Breve Análisis


Una noticia publicada en el sitio de la
BBC se señala lo siguiente:

"Descubren iglesia cristiana antigua

Las autoridades de Israel anunciaron que arqueólogos descubrieron en el terreno de una prisión de máxima seguridad, lo que pudiera ser la iglesia cristiana más antigua.

Durante una entrevista con la televisión israelí, uno de los excavadores de la Autoridad de Antigüedades, Jotham Tefer, dijo que los orígenes de la iglesia se remontan al siglo 3 o 4.

Catalogó el descubrimiento como el único en la historia que contiene muy raras inscripciones.

"Esta es una estructura muy antigua, tal vez la más vieja en nuestra área", agregó.

El texto de las lápidas, en griego antiguo, hace referencias a Jesús. También se pueden observar imágenes de pescados, que es un símbolo cristiano antiguo.

Evidencia arqueológica

"Normalmente tenemos de este periodo en nuestra región, evidencia histórica en la literatura, pero no evidencia arqueológica", añadió Tefer.

En la excavación que se hizo durante 18 meses en los terrenos de la prisión Megiddo, cerca de la ciudad bíblica de Armagedón, pudieron participar unos 60 prisioneros del penal.

Los descubrimientos más significativos ocurrieron en las últimas dos semanas, dijo Tefer."


Por su parte, el diario "La Jornada" (Universidad Autónoma de México) agrega:


"

Un piso de mosaico, inscrito con una ornamentada dedicatoria al "Dios Jesucristo", fue descubierto cuando se despejaba el terreno para la construcción de una nueva ala del penal. Se cree que la capilla data de finales del siglo III o principios del IV, cuando la religión cristiana estaba aún prohibida por los ocupantes romanos.

Uzi Da'ari, experto en cristianismo primitivo de la Universidad de Haifa, sugirió que la capilla pudo ser un lugar clandestino de oración dentro de otro edificio. Todas las evidencias apuntan a un tiempo anterior a cuando el emperador Constantino legalizó el cristianismo, en el año 313, y mudó de Roma a Bizancio la capital del imperio.

Constantino, dijo Da'ari, estableció un trazo que ha caracterizado el diseño de iglesias desde entonces, con un ábside que mira al oriente y un altar alto. "No se encuentra ninguno de estos elementos en el edificio de Megiddo", señaló. "Una inscripción habla de una mesa, no un altar. El estilo y la atmósfera son muy diferentes de lo que se ve en las muchas iglesias que Constantino construyó aquí."

Yotam Tefer, quien dirigió la excavación por cuenta de la Autoridad Israelí de Antigüedades, especuló que tal vez la mesa se usaba para una comida ritual en conmemoración de la Ultima Cena. Leah Di Segni, profesora de Jerusalén que tradujo las inscripciones, confirmó que tanto la redacción como los caracteres apuntan a un periodo anterior a Bizancio"


De esta interesante noticia sobre, lo más probable, la iglesia más antigua de la que se tenga registro, podemos extraer las siguientes conclusiones:


1.- Jesús fue considerado Dios por su iglesia antes de Constantino. Esto echa por tierra la tesis según la cual la deidad de Cristo habría sido introducida por este Emperador para armonizar el cristianismo con la religión pagana de la época, en la que se adoraba al "dios Sol" (que finalmente, según esta corriente, habría sido reemplazado por Cristo). En consecuencia, esta tesis maliciosa cae estrepitosamente, prevaleciendo la versión escritural.


2.- La iglesia, como corresponde, estaba dedicada a Jesús, y no a un ser humano.


3.- Las características de la iglesia encontrada dejan de manifiesto que la intromisión de Constantino produjo cambios en las congregaciones. Es posible inferir que dichas modificaciones no sólo afectaron la forma sino también, a la postre, el fondo. Lo anterior puede concluirse del análisis citado arriba de

Uzi Da'ari.


4.- Un punto que quizás puede pasar desapercibido, pero que es de suma importancia: en la iglesia no había un altar, sino una mesa.

El altar sólo tiene sentido si se realizan sacrificios, pero, tal como nos enseña el libro de Hebreos, luego de la muerte y resurrección de Cristo no hay más sacrificios, pues todo quedó completo con la obra de Cristo en el Calvario. En efecto, señala el referido libro (negritas nuestras):


"

Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación,

y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención

" He. 9: 11-12.


“Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena.

De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado […]

Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan” He. 9:24-26,28.

“En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados” He. 10:10-15.

Ante esto podemos decir:


a) Es sabido que el método de enseñanza judío por excelencia era la repetición. Podemos apreciar que en sólo dos capítulos del libro de hebreos se repitió varias veces que el sacrificio de Cristo fue hecho una vez para siempre. Evidentemente, esto significa que ahora no hay más sacrificios.

b) El hecho de que no hayan más sacrificios, hace que el altar quede obsoleto. Si se sigue utilizando un altar (que es lo mismo que sacrificar a Cristo de nuevo), se está atentando contra la suficiencia del sacrificio de Cristo.

c) Esto tiene como consecuencia que la Eucaristía o Santa Cena no puede ser un sacrificio real, sino sólo una conmemoración. Como dijo el mismo Cristo, "haced esto en memoria de mí" (Lc. 22:19). El Apóstol Pablo agrega:


"Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga

" 1 Co. 11:26


La Santa Cena o Eucaristía no sacrifica de nuevo a Cristo, sino que anuncia su muerte. Es por esto que el sacrificio de la misa atenta contra la suficiencia del sacrificio de Cristo, ya que declara que se trata de un nuevo sacrificio. En efecto, señala el catecismo católico:


"

1353 En la epíclesis, la Iglesia pide al Padre que envíe su Espíritu Santo (o el poder de su bendición (cf MR, canon romano, 90) sobre el pan y el vino, para que se conviertan por su poder, en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, y que quienes toman parte en la Eucaristía sean un solo cuerpo y un solo espíritu (algunas tradiciones litúrgicas colocan la epíclesis después de la anámnesis);

en el relato de la institución, la fuerza de las palabras y de la acción de Cristo y el poder del Espíritu Santo hacen sacramentalmente presentes bajo las especies de pan y de vino su Cuerpo y su Sangre, su sacrificio ofrecido en la cruz de una vez para siempre;

1354 en la anámnesis que sigue, la Iglesia hace memoria de la pasión, de la resurrección y del retorno glorioso de Cristo Jesús; presenta al Padre la ofrenda de su Hijo que nos reconcilia con él

1360 La Eucaristía es un sacrificio de acción de gracias al Padre"

1364 "Cuantas veces se renueva en el altar el sacrificio de la cruz, en el que Cristo, nuestra Pascua, fue inmolado, se realiza la obra de nuestra redención" (LG 3)" (destacados nuestros)



Este punto es complejo, ya que pese a señalar el catecismo citado que el sacrificio fue una vez para siempre (quizás para mantener una apariencia de ortodoxia), en la práctica se ofrece nuevamente al Hijo. ¿Para qué, entonces, convierten el pan y el vino el el cuerpo y la sangre de Cristo? Obviamente para ofrecer nuevamente su sacrificio, cuestión que contraría la doctrina de Jesús y sus apóstoles, según la cual el sacrificio fue una vez para siempre (no habla nunca de "actualizarlo").


¡Incluso la última afirmación (1364) llega a señalar que nuestra redención depende de la Eucaristía! Esto no es lo que dice hebreos, según el cual fuimos hechos perfectos para siempre con su sacrificio, sin necesidad de ofrecerlo nuevamente (10:15).


Por tanto, aunque diga el catecismo que el sacrificio fue una vez para siempre, tal declaración no tiene sentido si en los hechos se demuestra lo contrario.


d) En apoyo de lo anterior, podemos decir además que Jesús estableció un vínculo entre la celebración de la Pascua judía y la celebración de la Santa Cena. Tal como la Pascua es un símbolo-recordatorio del cordero sacrificado para salvar a Israel de la muerte de sus primogénitos, la Santa Cena es un símbolo-recordatorio del sacrificio del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.


En consecuencia, estas razones justifican que esta iglesia primitiva encontrada tuviera una mesa y no un altar.


Que Dios en su misericordia nos conceda sabiduría y entendimiento. Amén.


PS: Agradecemos al hermano Jeffrey Herrera Leiva por compartir esta noticia. Que Dios lo llene de su gracia.

sábado, 23 de enero de 2010

Marjoe Gortner: un lobo se confiesa


Pocas veces se da esta situación: que un falso profeta se confiese y exponga su engaño. La mayor parte del tiempo estos hipócritas engañan durante toda su desdichada existencia y dejan un desastre a su paso (congregaciones divididas, herejías, apostasía, etc.).

Por eso el testimonio de Marjoe Gortner es tan valioso, ya que nos permite demostrar con hechos que "el evangelio de estadios", aquél en el que grandes multitudes presencian hechos portentosos, catarsis emocionales, convulsiones y caídas; es falso, y que esas "señales" no son más que sugestión en la mente de las personas.

Hay miembros de las congregaciones actuales que ni siquiera cuestionan que esas desagradables y groseras "señales" puedan ser falsas. Al ver a un hombre convulsionando en el piso como pez fuera del agua simplemente se maravillan y creen que se trata de Espíritu Santo. Pero... ¡QUÉ SORPRESA! Este falso predicador demostró que puede lograr que el """"Espíritu Santo"""" se manifieste en sus reuniones sin siquiera creer en Él. ¡Incluso se burlaba de cómo la gente creía en sus engaños!

Tal como dice el video, sólo resta esperar que el resto de lobos rapaces quede en evidencia. Lo bueno es que podemos confiar que así será, ya que en la venida del Rey de Reyes todo quedará al descubierto. El problema es que quizás para muchos será demasiado tarde...

Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros 1 Jn. 2:19







miércoles, 13 de enero de 2010

¿Reprendió Jesús a los fariseos por conocer bien las Escrituras?


En la actualidad se ha extendido la errónea creencia de que una persona que conoce bien las Escrituras es un fariseo, incluso algunos llegan a acusar: "si hubieras estado en Israel en los tiempos de Cristo, habrías gritado para que lo crucificaran".


Nos oponemos a esta lamentable malinterpretación, sin negar con ello la existencia de legalistas que imponen sobre el cuerpo de Cristo un peso que Dios no ha requerido y que ni ellos mismos pueden sobrellevar. Lo que atacamos aquí, en cambio, es la acusación de legalismo y fariseismo a quienes verdaderamente predican el evangelio de Jesucristo.

Entonces, ¿Reprendió Jesús a los fariseos por conocer bien las Escrituras? La Biblia nos indica todo lo contrario, es decir, Cristo elogió su afán de conocer la Palabra de Dios y se validó a sí mismo y a su ministerio en esta última:

"Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí" Jn. 5:39 (BLA)

"Porque si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él" Jn. 5:46 (BLA)

Es más, Jesucristo reprendió a los fariseos por ignorar las Escrituras:


"Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de
Dios" Mt. 22:29

En estos pasajes podemos apreciar que Jesús lo que les reprendió fue precisamente que no creyeran en lo que dijo Moisés, o que ignoraran la Palabra de Dios. Su problema efectivamente era de conocimiento, pero no por abundancia sino por defecto.

Luego, podemos concluir que la creencia actual según la cual quien escudriña y estudia profundamente las Escrituras es un fariseo, está completamente fuera de lugar. Incluso podemos probar que una persona que no conoce la Biblia está más cerca de ser un fariseo. Para ello debemos entender qué fue lo que Jesús criticó de esta secta judaica: su hipocresía. Y ¿Por qué eran hipócritas? Porque creían poder agradar a Dios con su propia justicia, con el fruto de su propio esfuerzo, cuando en realidad lo único que lograban era un cumplimiento -en el mejor de los casos- meramente externo, mientras que lo que se requiere es un nuevo nacimiento (Jn. 3:3) que transforma el corazón del hombre, es decir, la esencia misma de su ser.

Aquí encontramos la actitud típica del fariseo, retratada por el mismo Jesús:

"Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano.
El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.
Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al
cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.
Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido"Lc. 18:10-14

El corazón de los fariseos seguía siendo totalmente corrupto e impío, mientras su apariencia era de piedad y religiosidad. Por ello Jesús los llamó "sepulcros blanqueados", es decir, por fuera limpios, mientras por dentro se encontraban podridos.

En relación con lo anterior, quien no conoce las Escrituras ni se interesa por ello, ¿Cómo puede conocer las profundidades de la gracia de Dios? ¿Qué sabrá acerca de la condición pecaminosa del hombre y su imposibilidad de agradar a Dios por sus propios méritos? ¿Cómo conocerá lo que es crecer en arrepentimiento y piedad? ¿A qué Dios seguirá, si no conoce sus enseñanzas? ¿Cómo sabrá lo que agrada a Dios y la forma en que debe adorarle?

Quien no conoce las Escrituras ni se interesa por ello, diciéndose cristiano está más cerca de ser un fariseo que pretende agradar a Dios en sus méritos, a su manera. Haciendo esto además sigue la línea de Caín, quien presentó la ofrenda que él estimó sublime, en vez de agradar a Dios como éste lo había ordenado (Gn. 4:3-5).

Aquél que pretenda caminar por la senda de la justicia propia lamentablemente no hallará la justicia que es por la fe en Cristo, que es la única que salva:

"¿Qué concluiremos? Pues que los gentiles, que no buscaban la justicia, la han alcanzado. Me refiero a la justicia que es por la fe. En cambio Israel, que iba en busca de una ley que le diera justicia, no ha alcanzado esa justicia. ¿Por qué no? Porque no la buscaron mediante la fe sino mediante las obras, como si fuera posible alcanzarla así. Por eso tropezaron con la «piedra de tropiezo», como está escrito:

«Miren que pongo en Sión una piedra de tropiezo
y una roca que hace caer;

pero el que confíe en él no será defraudado.»" Ro. 9:30-33

Aquí se habla de que la justicia verdadera es por la fe. ¿Cómo nace la fe? Por oír la Palabra de Dios (Ro. 10:17). Es decir, la fe se sustenta y nace de las Escrituras, fuera de ellas no existe, no es más que un abortivo.

Tengamos en cuenta además que quien intente ser justo a su manera o en sus propios méritos, ¡terminará tropezando con Cristo! ¿Hay algo más terrible que tropezarse en el Hijo de Dios? Quien se encuentre en esta situación será destruído.

Si tú, considerándote cristiano, continúas en una actitud hostil hacia la Palabra, recurriendo a argumentos como "no hay que creer todo literal", "la Biblia es un libro hecho por hombres", y crees que puedes ganarte el cielo con tus obras, te exhorto tener en cuenta lo dicho por Pablo:


"y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe" Fil. 3:9
Por último, quien cree poder vivir en el Espíritu sin necesidad de la verdad de Dios presente en las Escrituras, adora a su manera a un Dios inventado por su mente, lo que es idolatría.

Que el Señor tenga misericordia de nosotros y guarde nuestro pie de tropezar y nuestros ojos de desviarse de Cristo.