"pues está escrito: «Sean santos, porque yo soy santo.»" 1 P. 1:16."Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor" He. 12:14.
Nuestra motivación es glorificar a Dios mediante la exposición fiel de su Palabra. Encomendamos este humilde trabajo al Señor, y rogamos la guía constante de su Santo Espíritu, el mismo que inspiró toda Escritura (II Ti. 3:16). Que el Señor Todopoderoso nos colme de gracia y del conocimiento de su Hijo Jesucristo. Amén.
domingo, 30 de agosto de 2009
¿Quieres vivir en moralidad mínima?
jueves, 27 de agosto de 2009
El motivo de maldición
lunes, 24 de agosto de 2009
¿Pastorado femenino?
Vivimos una época en que la cultura ha deslumbrado a la “cristiandad”. En nuestros púlpitos ya no se proclama la “sola Scriptura”, es decir, la Biblia como única y suprema regla de fe, sino que ahora son la cultura y el mundo los que gozan de ese glorioso sitial y se pasean pomposamente en las congregaciones. Ya no puede decirse de los cristianos lo que antaño se dijo: “Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá […]” (Hch. 17.6); ya que actualmente es el mundo el que trastorna a las congregaciones que se dicen cristianas.
Una de las manifestaciones más patentes del fenómeno referido es el ya comúnmente aceptado liderazgo femenino en la iglesia. Es que la emancipación civil femenina ha deslumbrado tanto al mundo, su radiación ha sido tan poderosa que ha alcanzado incluso a las congregaciones que proclaman tener a la Biblia como su regla de fe.
Con esto no estamos diciendo que el machismo sea una tendencia deseable. Ciertamente se incurrió en muchos excesos a lo largo de la historia, y el rol bíblico de la mujer tampoco fue respetado. Pero el reconocimiento de ese hecho en ningún caso debía habernos llevado a la verdadera “ginecolatría” (“culto a la mujer”, si se me permite el neologismo) que sufre la sociedad actual.
Como ya hemos dicho, este fenómeno ha impactado fuertemente a las congregaciones mal guiadas, aquellas que en sus púlpitos han dejado de escudriñar las Escrituras, y se han dejado llevar por “todo viento de doctrina” (Ef. 4:14). Dichas “iglesias” han engullido la cucharada que el mundo puso en su boca, y ahora practican incluso la ordenación de “pastoras”, algo que la iglesia apostólica no conoció.
Qué dice la Biblia al respecto
Pese a lo anterior, la Palabra de Dios sigue allí, y seguirá eternamente aunque pasen cielo y tierra (Mt. 5:18).
En efecto, la Biblia dice:
“Como es costumbre en las congregaciones de los creyentes, guarden las mujeres silencio en la iglesia, pues no les está permitido hablar. Que estén sumisas, como lo establece la ley. Si quieren saber algo, que se lo pregunten en casa a sus esposos; porque no está bien visto que una mujer hable en la iglesia. ¿Acaso la palabra de Dios procedió de ustedes? ¿O son ustedes los únicos que la han recibido? Si alguno se cree profeta o espiritual, reconozca que esto que les escribo es mandato del Señor. Si no lo reconoce, tampoco él será reconocido.” 1 Co. 14:33-38 (NVI).
De este texto podemos extraer algunas conclusiones:
1.- El contexto del pasaje referido se refiere al profetizar, que en el mismo capítulo se define como hablar a los hombres “para edificación, exhortación y consolación” (v. 3). Esto es perfectamente identificable con predicar la Palabra de Dios.
2.- Lo que Pablo sostiene en este pasaje es “costumbre en las congregaciones de los creyentes”, (lit. “Como en todas las iglesias de los santos”), es decir, es la aplicación de la enseñanza apostólica en las demás iglesias, y por la fuerza de esa autoridad Pablo compele a la iglesia de Corinto a seguir el ejemplo.
Pablo está queriendo decir con esto que la enseñanza que va a desplegar es universal, sin limitaciones geográficas, temporales ni culturales.
3.- La mujer debe guardar silencio en la iglesia, pues no le está permitido hablar. Siguiendo la ley, debe estar sumisa. Nótese que Pablo recurre a la ley como autoridad, no porque la ley ceremonial rija el culto eclesiástico, sino “Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron […]” (Ro. 15:4), es decir, podemos extraer la voluntad general de Dios a partir de la ley ceremonial, y en este caso, esa voluntad es que la mujer permanezca bajo la autoridad del hombre cuando la iglesia se encuentre reunida.
4.- Reprende a la iglesia de Corinto por creer que pueden sobreponerse al “fundamento de los apóstoles y los profetas” (Ef. 2:20), diciéndoles: “¿Acaso la palabra de Dios procedió de ustedes? ¿O son ustedes los únicos que la han recibido?”. Como iglesia nos debemos a la Escritura, no debiendo ir más allá de lo que está escrito (1 Co. 4:6), en vez de torcer la Biblia para ir acorde a la cultura.
5.- Pablo reafirma la autoridad de su discurso recalcando que es un mandato del Señor, por tanto quien se considera espiritual debe acatar lo que él está diciendo.
En tanto, otro pasaje señala:
“La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. Porque Adán fue formado primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión. Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia” 1 Tim. 2:11-15 (RVR 1960).
También aquí podemos concluir:
1.- El rol de la mujer en la congregación no es enseñar, sino aprender en silencio y en sujeción a la autoridad.
2.- El argumento que se da como sustento no es cultural, sino bíblico: Adán fue formado primero y después Eva, y no fue Adán el que cayó primero sino Eva. Es decir, esta enseñanza no se limita a una cultura o tiempo determinado, ya que su sustento es de orden teológico-escritural.
3.- Con la parte final no se refiere a que para ser salva la mujer deba engendrar hijos, eso sería salvación por obras y además excluiría inexplicablemente a las estériles o a las solteras. Aquí “salvación” se utiliza en sentido amplio. En griego, la palabra para salvación aquí es “σώζω” (“sozo”), y según el diccionario Strong significa “salvar”, pero en el sentido de “liberar o proteger”, ya sea literal o figuradamente; “sanar, preservar, salvar (se), hacer bien, ser pleno”. A lo que se refiere es que se redime o se reivindica de su transgresión en el huerto del Edén. De hecho, la palabra utilizada aquí para “salvación” no es la misma que se utiliza para la salvación espiritual, que es “σωτηρία” (sotería) (por ej. en Hch. 4:12).
Como podemos ver, en ninguno de los pasajes anteriores se dan argumentos culturales, sino que se recurre a la autoridad de la Escritura para fundamentar que la mujer debe permanecer bajo autoridad masculina en la Iglesia. Esto es manifestación del principio general según el cual el varón es cabeza (“κεφαλή”, “kephalé”[1], cabeza en el sentido de autoridad) de la mujer en el matrimonio (Ef. 5:22-23).
Todo esto va en contra de lo que el mundo sostiene hoy, y de hecho les parece locura inconcebible, pero nuestro patrón no es la cultura mundana sino la Palabra de Dios.
Con lo anterior no se niega Gá. 3:28, que dice: “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”. Ante los ojos de Dios varón y mujer son considerados iguales, uno no vale más que el otro. Sin embargo, en cuanto a los roles son distintos, siendo el hombre autoridad de la mujer en el matrimonio y en la iglesia. Esto en ningún caso debe llevar a despotismo o autoritarismo, la mujer cristiana debe ser respetada como hija del Altísimo, un ser por el cual Cristo derramó su sangre al igual que por el varón cristiano. Pero esto no significa atribuirle roles que la Biblia le niega.
Lo dicho se demuestra en que Cristo se sometió al Padre y le fue obediente (Fil. 2:8), pero no por eso fue inferior en esencia al Padre, ya que eso implicaría que hay dos dioses, o que Cristo en algún momento dejó su estado de deidad. La sumisión no implica una calidad distinta, sino un rol distinto.
A lo ya expuesto agregamos:
1.- En los requisitos establecidos para ser obispo, se presupone que quien ostentará el ministerio es un varón. Esto dice 1 Ti. 3:2 “Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar”. Así, el cargo es para el género masculino.
2.- Debemos recordar que Pablo estableció a Timoteo como pastor de una iglesia con el fin de que velar por la doctrina correcta (cap. 1 vv. 3-4), por tanto la carta dirigida a él contiene la sana doctrina que se debe imponer en la congregación. Es en ese marco donde se le dan las instrucciones expuestas en el número anterior.
3.- El pasaje de 1 Co. 11:2-16 sí tiene un trasfondo cultural geográfico. Más exactamente, el trasfondo de la enseñanza es universal, pero la forma en que esa enseñanza se aplica es cultural. Como expone John MacArthur en la nota de este pasaje, “Aquí el apóstol no establece una ley universal de parte de Dios, sino que solo reconoce una costumbre local que sí reflejaba un principio divino. En esa sociedad, la cabeza descubierta de un hombre era una señal de su autoridad sobre las mujeres, quienes debían mantener sus cabezas cubiertas. Si un hombre cubría su cabeza daba a entender algún grado de inversión de las funciones propias de cada género”. Es decir, si en nuestra cultura actual existiera algún símbolo de autoridad del hombre sobre la mujer, debería utilizarse ese símbolo (sólo como ejemplo, que la mujer lleve puesto un anillo). No significa que actualmente deba usarse el velo, sino que debe usarse el símbolo de autoridad que la época haya establecido, de existir éste.
4.- En la Biblia no hay ningún caso de una “Pastora” u “Obispa”, ya que como hemos visto, el cargo es masculino.
5.- La Biblia no niega completamente a la mujer el trabajar en el ministerio. Al contrario, da la posibilidad de obrar en diversos ámbitos, pero no en la predicación de la Palabra. Podemos ver la injerencia de las mujeres en la cristiandad primitiva:
- Las mujeres siguieron y sirvieron a Jesús.
- Las mujeres estaban entre los discípulos en el aposento alto (Hechos 1:14), fueron bautizadas por el Espíritu Santo, y hablaron en lenguas en Pentecostés (Hechos 2:17-18).
- Las mujeres creyeron en Jesús y fueron personalmente bautizadas y perseguidas para su fe (Hechos 5:14; 8:12; 9:2; 17:4,12).
- Las mujeres atendieron a los pobres en formas prácticas (Tabita – Hechos 9:36).
- Las mujeres instruyeron otros con la Palabra (Tito 2:3-5; También vea a Priscila en Hechos 18:26).
- Las mujeres profetizaron (Hechos 21:8).
- Las mujeres pudieron haber sido diaconisas (Romanos 16:2 y 1 Timoteo 3:11).
Las limitaciones incluyeron:
- Jesús escogió a hombres como apóstoles; en la transfiguración, la última cena, y Getsemaní, sólo estaban presentes hombres. Él nunca metió a mujeres en la posición de dirigir a hombres.
- No hay registro de alguna mujer predicando a hombres o enseñando públicamente en Hechos.
- No se les permitió ser ancianos o enseñar o tener autoridad sobre hombres en la iglesia.
- Cuando surgió la necesidad de supervisar la distribución de comida, sorprendentemente siete hombres fueron escogidos.
- Los equipos misioneros iniciales estaban compuestos por un mínimo de dos hombres.
- La primera disputa doctrinal fue decidida por hombres.
- El Nuevo Testamento fue escrito por hombres[2].
Conclusión
La Palabra de Dios y la historia de la iglesia son bastante claras en que el liderazgo de la iglesia, en cuanto al pastorado y obispado fue encargado al género masculino. Las voces que abogan por hacer caso omiso a las Escrituras para ir acorde a la cultura secular lo único que hacen es dar coces contra el aguijón, y preferir la sabiduría carnal y humanista antes que la revelación del único y eterno Señor. Sin embargo, aún cuando el mundo y muchas congregaciones cierren sus oídos a las Escrituras, éstas seguirán ahí por los siglos de los siglos, acusando su impertinencia y su necedad.
Se comprueba lo dicho por el apóstol Pablo a Timoteo: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2 Ti. 4:3-4). Es justo lo que están haciendo en la actualidad, amontonándose maestros que les digan lo que quieren oír, aunque se están yendo junto con ellos por el camino de la destrucción, el que se aparta de las Escrituras.
No encuentro una mejor forma de terminar que citando al mismo Pablo, en su discurso a los corintios: “Si alguno se cree profeta o espiritual, reconozca que esto que les escribo es mandato del Señor. Si no lo reconoce, tampoco él será reconocido”.
“Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina”
Tito 2:1.
[1] De aquí extraemos por ejemplo “cefalea”, que es dolor de cabeza. También decimos que cuando una institución o país está sin autoridad se encuentra “acéfalo”, es decir, “sin cabeza”.
[2] Extraído de artículo de Gary E. Gilley, en blog “Evangelio según Jesucristo”, http://evangelio.wordpress.com/2009/02/03/el-papel-de-las-mujeres-en-el-ministerio-1-parte/
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Para terminar, los dejo con una enseñanza del Pastor Henry Tolopilo, del ministerio Gracia a Vosotros, acerca de este tema.
martes, 11 de agosto de 2009
¡Vuelve a tu Creador!
"Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó.Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido" Ro. 1:18-21."De hecho, cuando los gentiles, que no tienen la ley, cumplen por naturaleza lo que la ley exige,ellos son ley para sí mismos, aunque no tengan la ley. Éstos muestran que llevan escrito en el corazón lo que la ley exige, como lo atestigua su conciencia, pues sus propios pensamientos algunas veces los acusan y otras veces los excusan. Así sucederá el día en que, por medio de Jesucristo, Dios juzgará los secretos de toda persona, como lo declara mi evangelio." Ro. 2:14-16."Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos." Hch. 17:30-31.
viernes, 7 de agosto de 2009
Regeneración por decisión - "recibe a Cristo en tu corazón"
"Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios" Jn. 3:3."Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna" Tit. 3:4-7."Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra" Ez. 36:26-27.
"¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva" Ro. 6:3-4.
"la cual simboliza el bautismo que ahora los salva también a ustedes. El bautismo no consiste en la limpieza del cuerpo, sino en el compromiso de tener una buena conciencia delante de Dios. Esta salvación es posible por la resurrección de Jesucristo" 1 P. 3:21 (NVI).
"Señor Jesucristo: Gracias porque me amas y entiendo que te necesito. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Señor y Salvador. Ocupa el trono de mi vida. Hazme la persona que Tú quieres que sea. Gracias por perdonar mis pecados. Gracias por haber entrado en mi vida y por escuchar mi oración según tu promesa" (tomada de este sitio).
"Un investigador cristiano encuestó en 2003 a una muestra de 'cristianos nacidos de nuevo' (definidos como aquellos que afirman tener una relación personal con Cristo y esperan llegar al cielo porque han aceptado a Jesús). The Wall Street Journal publicó los siguientes resultados:El 26% de las personas que se consideran nacidas de nuevo opinan que todas las religiones son esencialmente iguales, el 50% cree que una vida de buenas obras puede conducir a una persona al Cielo, el 45% no cree en la existencia de Satanás, solo el 35% cree que Jesús resucitara (sic) físicamente de entre los muertos (a pesar de Romanos 10:9), el 52% no cree que el Espíritu Santo sea una entidad viva, el 33% acepta los matrimonios del mismo sexo, y el 39% considera moralmente aceptable que las parejas convivan juntas antes del matrimonio" (James Adams, La regeneración decisoria, Capítulo 3, Ed. Peregrino, 1° edición, 2005, USA, p. 34).
Parte I
Parte II
Parte III
Parte IV